Juntos es mejor con la Fundación Leonardo Marin-Saavedra
Hola, ¡es un placer recibirte! Tanto si es tu primera vez en esta comunidad como si, por el contrario, ya formas parte de ella, ¡espero que puedas encontrar todo lo que necesites! Comunicate con las autoridades de la Fundación Leonardo Marin-Saavedra...
Honorable Gabriel Ignacio Espinosa-Perdomo (Presidente)
Email: [email protected] - Teléfono: +57.310.889.5028.
Honorable Guillermo Hernandez-Quintero (Vice-Presidente)
email: [email protected] - Telefono: +57.313.485.6547.
Nuestra Fundación
ó
Fundación Leonardo Marin-Saavedra: Somos una organización sin fines de lucro que desde la República de Colombia (Sudamérica), ayudamos a solucionar problemas económicos y financieros a niños y jóvenes vulnerables a través de sus padres biológicos, en la población nacional colombiana y de sectores marginados. Nuestro apoyo con becas, recursos didácticos, materiales pedagógicos e ilustrativos, para lograr ciudadanos en armonía con el equilibrio social, con el medio ambiente de nuestro planeta tierra, respetando la ley civil y cumpliendo plenamente con las leyes nacionales e internacionales en materia de educación y Derechos Humanos del Niño y del Joven.
Honorable Gabriel Ignacio Espinosa-Perdomo (Presidente)
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Honorable Guillermo Hernandez-Quintero (Vice- Presidente)
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¡Acompáñanos a descubrir lo que podemos lograr juntos de la mano de Dios!
Sembramos futuro bajo la dirección espiritual del Movimiento Antiguo Anglo Católico (Canada, Estados Unidos y Mexico), y con el auspicio de la Iglesia Anglicana Latino-Americana (Inglaterra y America Continental).
¡Antes que Patria: Amor, servicio y compasión!...
¡Despues de Patria: Respeto a la ley y a excelsas costumbres con dignidad!...
¡Acompáñanos a descubrir lo que podemos lograr juntos de la Mano de Dios!...
Nosotros nacimos en la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos, para fortalecer y mejorar el futuro de la humanidad, basados en el pensamiento y acción social humanista del clérigo latinoamericano (escritor y dramaturgo), Leonardo Marin-Saavedra (ciudadano colombo-canadiense).
Eventos
Fundación Leonardo Marin-Saavedra: Somos una organización sin fines de lucro que desde la República de Colombia (Sudamérica), ayudamos a solucionar problemas económicos y financieros a niños y jóvenes vulnerables a través de sus padres biológicos, en la población nacional colombiana y de sectores marginados. Nuestro apoyo con becas, recursos didácticos, materiales pedagógicos e ilustrativos, para lograr ciudadanos en armonía con el equilibrio social, con el medio ambiente de nuestro planeta tierra, respetando la ley civil y cumpliendo plenamente con las leyes nacionales e internacionales en materia de educación y Derechos Humanos del Niño y del Joven.
“Resolviendo problemas humanos y sociales para el bienestar de toda una población o colectividad”
CAUSA SOCIAL VOLUNTARIA APOLITICA Y ARELIGIOSA PARA EL BIENESTAR DE UN GRUPO DE LA POBLACIÓN.
Introducción:
Una fundación, es una organización civil jurídica conformada por personas mortales terrícolas de la raza huma, sin fines de lucro. que persigue fines de interés general (común y/o colectivo), y esta beneficia a colectividades genéricas de personas o grupos humanos (ciudadanos o ciudadanas). Su patrimonio, inicial y futuro, está unido a fines de interés general, incluso en el supuesto de disolución. Son variadas las razones que llevan a una persona o a una institución a emprender un proyecto con fines sociales, y responden en muchas ocasiones a motivaciones o experiencias personales y vitales para la vida y el bienestar con plenitud de alegría y felicidad. En cualquier caso, son respuestas individuales o colectivas que se dan ante determinadas necesidades y aspiraciones sociales. Si emprender es “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”, el emprendimiento social es aquel negocio o aquella obra que pretende dar respuesta a una necesidad social individual o colectiva. Sin embargo, la fundación, no es en todos los casos el vehículo más adecuado para dar respuesta a necesidades sociales o a iniciativas de interés general.
Una fundación debe tener en cuenta características que la definen como tal:
Sus fines deben ser de interés general y beneficiar a colectividades genéricas de personas. Aunque pueden tener una duración temporal, en general su vocación es indefinida. Deben constituirse con un aporte mínimo del fundador (o fundadores) de $20.800.000 (Veinte Millones ochocientos mil pesos colombianos). Cabe el desembolso sucesivo de la cifra. No pueden beneficiar ni directa ni indirectamente al fundador ni a los creadores o fundadores, que son aquellos que la gobiernan, ni a personas singularizadas que no persigan fines de interés general de acuerdo a los objetivos de la misma. En caso de disolución, ni el fundador ni terceros recuperarán las aportaciones económicas realizadas, pues el remanente se destinará a otra entidad sin fines de lucro o a una institución pública. Está sujeta a supervisión de la administración (autoridad local o nacional), a través de la rendición anual de cuentas, de la supervisión del presupuesto, del plan de actuación y de la tramitación de autorizaciones y comunicaciones para determinados actos de disposición patrimonial.
Al fundar o constituir una fundación, el fundador (o el grupo de fundadores), se desprende de un patrimonio económico que afecta para siempre a los fines de interés general que haya determinado y el ingreso de cada miembro es voluntario y la entidad como fundación no asume responsabilidades laborales con sus miembros o socios sino compromisos cívicos y espirituales dentro de una forma humanística en la distribución del talento y la habilidad individual y a veces particular. La unión del talento y la habilidad colectiva es la fuerza para materializar los proyectos de la fundación y lograr los fines y metas propuesto en su querer de fundar la institución.
Por ello:
1. Si el proyecto es de interés social, pero se espera o no se descarta una retribución o una recuperación del capital invertido a través de un posible reparto de los beneficios, esto no es una fundación. Estaríamos en este caso en el ámbito de las sociedades mercantiles. Las empresas pueden tener objetivos sociales, y es posible que sus socios o accionistas decidan, sobre todo en los primeros años, una reinversión de los beneficios generados, pero ello no obsta para que más adelante puedan repartirlo legal y legítimamente. Esta forma no es una fundación.
2. Si el proyecto es de interés social, pero lo que se busca es una retribución o una recuperación del trabajo y el tiempo personal invertido en el proyecto, nos encontramos en el ámbito de alguna de las empresas más genuinas de la economía social, como pueden ser las cooperativas. Tampoco esto es una fundación.
3. Si nuestro objetivo es social y no buscamos ningún retorno a nuestra inversión, sino únicamente el impacto social, nos encontramos en el ámbito de las entidades sin ánimo de lucro, en el ámbito de las asociaciones o de las fundaciones.
4. Si no hay voluntad en cada uno de los miembros fundadores y si no existe el querer de hacer parte de la misma no se puede hablar de fundación. La fundación es ante todo un gesto voluntario que no espera recuperar lo invertido sino entregar en forma gratuita talento y habilidad para una causa común que a los largo del tiempo ayuda a la realización personal y al progreso del entorno y de la población que logre alcanzar los proyectos de la misma.
Fundación versus asociación:
Tanto la asociación como la fundación son consideradas como entidades sin ánimo de lucro. No obstante, existen diferencias entre ellas: la asociación se caracteriza por tener un elemento personal – ‘personas que se unen para perseguir un fin común’ -, mientras que la ‘fundación tiene un elemento patrimonial’ – un patrimonio que se afecta con carácter permanente a un fin de interés general ajeno al interés del fundador -.
La fundación debe perseguir siempre un fin de interés general, mientras que la asociación puede perseguir bien un interés común “sólo para sus socios” o bien un fin de interés general. En ocasiones, debido a la ausencia de un patrimonio inicial o por otras razones, muchos proyectos sociales o de interés general se canalizan a través de asociaciones. Si cumplen determinados requisitos, podrán solicitar la declaración de utilidad pública pasados los dos primeros años de funcionamiento. La declaración de utilidad pública supone la equiparación en el ámbito administrativo y fiscal con la fundación.
Una fundación es una entidad creada por una o varias personas fundadoras que pueden ser tanto personas físicas como jurídicas (asociaciones, empresas, grupos humanos, cooperativas… etc.). Cualquier entidad, como por ejemplo una asociación, puede decidir cambiar su forma jurídica y transformarse en fundación. La persona o personas fundadoras son quienes deciden todo lo relativo a los fines y funcionamiento de la entidad, pero se nombrará una Junta de Administración, que es la que orienta, dirige y vela por el respeto de la voluntad de quien la fundó. Las fundaciones están constituidas sin fin de lucro, por voluntad de sus creadores, y tienen afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de fines de interés general. Una de las diferencias con respecto a la asociación, es que carecen de socios, aunque sí pueden establecer cuotas fijas para los miembros.
La Junta de Administración es el órgano de gobierno y representación de la fundación (en algunos países se conoce como “Patronato”), el cual debe estar integrado por un mínimo de tres o miembros, tiene encomendada la tarea de velar por el cumplimiento de los fines fundacionales y administrar con diligencia los bienes y derechos que integran el patrimonio de la fundación. Podrán ser administradores, las personas físicas con capacidad plena de obrar, y las personas jurídicas que deberán designar a una persona física como representante. Los administradores deberán aceptar su cargo mediante documento público, compareciendo ante notario, ante el registro de fundaciones, o ante la autoridad local o nacional. En cualquier caso, la aceptación de los administradores (junta directiva), debe ser notificada formalmente a la Junta de Administración (fundadores), y debe ser inscrita en el registro de fundaciones de la localidad o de la nación. La Junta Directiva o de Administración debe elegir de entre sus miembros a un ‘Presidente’, puede nombrar uno o varios Vice-presidentes quienes asumirán las funciones del Presidente en caso de vacante, ausencia o enfermedad.
También la Junta de Administración deberá elegir a un Secretario General, que puede ser escogido entre sus miembros y tienen voz y voto en las reuniones convocadas por el Junta de Administración o, si no, puede ser una persona ajena a la Junta Adminiistradora, por lo que en dichas reuniones sólo tendrá voz pero no voto.
Requisitos para crear una fundación son fundamentalmente tres:
Tener un fin social. La entidad debe buscar beneficiar a un colectivo genérico de beneficiarios, y no puede tener como fin el beneficio de los intereses privados de sus miembros. No tener ánimo de lucro. El resultado positivo de los recursos económicos no se debe distribuir entre los miembros del órgano sino que se reinvierten para ser utilizados en el cumplimiento de los fines de la fundación. ‘El hecho de no tener fines lucrativos’ no debe confundirse con el de no necesitar recursos económicos, puesto que son fundamentales para que las organizaciones puedan cumplir con sus fines.
Contar con una dotación económica como mínimo de $20.800.000 (Veinte Millones ochocientos mil pesos colombianos). Si fuera menor habría que hacer un informe de viabilidad.
Trámites para la constitución de una fundación:
A. Escritura de constitución (Estatutos)
El contenido de la constitución de una fundación debe contener, al menos los siguientes:
- El nombre, apellidos, edad, estado civil del fundador o fundadores, sin son personas físicas, y su denominación o razón social, si son personas jurídicas, y en ambos casos, su nacionalidad y domicilio y número de identificación fiscal.
- La voluntad de constituir una fundación.
- La dotación, su valoración y la forma y realidad de su participación.
- Los estatutos de la fundación.
- La identificación de las personas que integran el patronato, así como su aceptación si se efectúa en el momento fundacional.
B. Elaboración de los estatutos
Es necesario redactar los estatutos y remitirlos a la Junta Directiva y al Registro de Fundaciones. Los Estatutos contendrán:
- Denominación. Habrá que solicitar previamente al Registro de Fundaciones una certificación acreditativa de que la denominación que se pretende utilizar no coincide ni se asemeja con otra previamente inscrita.
- Fines fundacionales. Se dividirán en objetivos generales y actividades concretas (relacionadas con los objetivos).
- Domicilio.
- Ámbito territorial.
- Personas beneficiarias.
- Composición de la Junta Directiva (o de Administración), las reglas para la designación y sustitución de sus miembros, las causas de su cese, sus atribuciones y la forma de deliberar y adoptar acuerdos. Téngase en cuenta que la Junta Directiva es el órgano de gobierno de las fundaciones y equivale a la Asamblea General de las asociaciones, mientras que la Administración es el órgano de representación de la fundación que equivale a la Junta Directiva de las asociaciones.
Duración para la que se crea la fundación:
- Nombramiento de directivos. El o la fundadora establecerá la composición del órgano máximo de gobierno. Si no, será un órgano colegiado de al menos 3 miembros.
- Funcionamiento interno.
- Constitución y adopción de acuerdos.
- Extinción.
C. Tramitación para la constitución de una fundación
Téngase en cuenta que una vez recibida la escritura de constitución fundacional, el grupo administrador puede requerir a los administradores designados en la misma para que acepten el cargo, si todavía no lo han hecho, e insten la inscripción de la fundación. Ahora bien, si transcurren seis meses desde el otorgamiento de la escritura pública sin que los directivos inscriban la fundación en el correspondiente registro de fundaciones, entonces se produce una grave consecuencia. El protectorado deberá cesar a los patronos, quienes responderán solidariamente de las obligaciones contraídas en nombre de la fundación y por los perjuicios que ocasiones su falta de inscripción.
Así mismo, los administradores procederá a nombrar nuevos directivos, previa autorización judicial, que asumirán la obligación de inscribir la fundación en el correspondiente registro de fundaciones. Las fundaciones adquieren personalidad jurídica a partir de la inscripción de la escritura pública de su constitución en el correspondiente registro de fundaciones. A nivel estatal rige el decreto gubernamental (revisar en el país), del Registro de Fundaciones de competencia estatal.
La inscripción sólo podrá ser denegada cuando dicha escritura no se ajuste a las prescripciones de la Ley. Sólo las entidades inscritas en el registro, podrán utilizar la denominación de fundación. En este aspecto la diferencia con el derecho de asociación es palpable: la inscripción en el registro es meramente declarativa, de publicidad ante terceros para las asociaciones. En cambio, las fundaciones, la declaración es constitutiva, es decir, es necesaria su inscripción para existir jurídicamente.
Los pasos para la constitución de una fundación son los siguientes:
- Se elaborarán los estatutos. Se recomienda remitir el borrador al grupo organizador fundador y al Registro (si se requiere), antes de firmar ante notario, ante la posibilidad de que contenga algún error.
- Solicitar la certificación negativa de la denominación. Se debe solicitar al Registro de fundaciones la certificación que acredite que no hay otra fundación con el mismo nombre o que se le asemeje. Dicha certificación debe haber sido expedida como máximo tres meses antes de la fecha de otorgamiento de la escritura.
- Se solicitará el número provisional (de acuerdo a la autoridad del lugar), ante la autoridad competente, presentando el borrador de los estatutos y la certificación negativa de denominación si se requiere.
- Se elabora el presupuesto y la memoria económica.
- Se deposita en una entidad bancaria un mínimo de $20.800.000 (Veinte Millones ochocientos mil pesos colombianos). Cuando la dotación sea de inferior cuantía, el fundador o la fundadora deberá justificar su adecuación y suficiencia a los fines fundacionales mediante la presentación del primer programa de actuación, junto con un estudio económico (sólo si es inferior a $20.800.000 (Veinte Millones ochocientos mil pesos colombianos), que acredite su viabilidad utilizando exclusivamente dichos recursos. En caso de aportación dineraria: podrá hacerse en forma sucesiva, con un desembolso inicial del 25% y el resto podrá hacerse en efectivo en un plazo de cinco años (revisar ley del país), contados desde el otorgamiento de la escritura pública de constitución de la fundación. En el caso de aportación no dineraria: deberá incorporarse a la escritura de constitución una tasación realizada por un experto independiente y, asimismo, se describirán en la escritura los bienes y derechos objeto de la aportación. Se acepta como dotación el compromiso de aportaciones de terceros siempre que se haga constar en título que lleva aparejado ejecución en caso de incumplimiento.
- Escritura pública de constitución ante notario, acreditando la personalidad de los y las fundadoras y determinen su capacidad para constituir una fundación, la voluntad de constituir una fundación con sujeción a las disposiciones de la ley, aportación patrimonial inicial de la fundación, con descripción y naturaleza de los bienes y derechos que la integran, los estatutos fundacionales, y la identificación de las personas que integran el órgano de gobierno y, en su caso, la aceptación del cargo si se realiza en el acto fundacional.
- Ir a la oficina gubernamental competente. La escritura pública debe liquidar el impuesto a las transmisiones patrimoniales y los actos jurídicos documentados.
- Ir a la autoridad civil. La autoridad civil debe comprobar que la fundación cumple con los requisitos legales. Para ello emite informe preceptivo y vinculante sobre la idoneidad de los fines de la fundación y la suficiencia de la dotación.
- Inscripción en el Registro de Fundaciones, y opcionalmente en los registros autonómicos y municipales si los hay. Es necesario aportar la escritura constitutiva, y los documentos deben presentarse antes de seis meses contados a partir del otorgamiento de la escritura.
- Recibir del Gobierno local o nacional y del Registro de Fundaciones la certificación correspondiente que habilita a la fundación para empezar a operar. La fundación ya está constituida y debe aparecer publicada por el órgano gubernamental.
A partir de su inscripción es cuando la fundación adquiere personalidad jurídica.
Desarrollo Humano:
Durante muchos años, el proceso de desarrollo de los países ha sido evaluado exclusivamente utilizando como indicador el crecimiento de la renta o de la producción nacional expresada en términos per cápita, con el que se identificaba el estado de bienestar material de cada uno. En los últimos veinte años esta práctica ha sido cada vez más criticada como excesivamente simplista. En la actualidad se acepta casi universalmente que el desarrollo no consiste sólo en el crecimiento de la renta per cápita, aunque siga estando relacionado con él. El desarrollo implica, además, la eliminación de la pobreza y de la desnutrición, el aumento de la esperanza de vida, la reducción de la mortandad infantil, la disponibilidad de servicios de alcantarillado y agua corriente que reduzca las enfermedades, un mayor nivel de alfabetización y de escolarización, etc. Por tanto, el desarrollo es un concepto multidimensional que no se limita a su dimensión económica. Las fundaciones también trabajan en la defensa de los Derechos Humanos y Derechos Fundamentales del mortal terrícola humano porqwue entiende que somos ceres creados de la misma esencia pero distintos y diferentes en la individualidad del ser que existe con libertad de conseguir su plena felicidad cumpliendo con la ley establecida y conociendo cada uno de los deberes para con el país, la patria, y la sociedad que lo vio nacer o crecer.
El término desarrollo humano amplía el contenido del desarrollo económico, incluyendo otras dimensiones como la salud, la educación, la producción, la solidaridad, la fraternidad, la defensa de la vida de humanos, plantas y animales, el reconocimiento y respeto de los derechos fundamentales y la participación en la sociedad con derecho a elegir a sus gobernantes y autoridades como a la libre expresión. Partiendo de esta concepción del desarrollo humano, limitarse a utilizar los indicadores relacionados con la renta para evaluar el desarrollo global de una sociedad es insuficiente, y puede ser desorientador. Países relativamente prósperos desde el punto de vista económico (por ejemplo, países situados en el grupo de renta mediana), tienen a veces un nivel insuficiente en los indicadores básicos de desarrollo humano (tasas de alfabetización que no pasan del 50%, tasas de mortalidad infantil que superan el 100 por mil, y malnutrición en una buena parte de la población).
Por el contrario, algunos países con un nivel de renta más baja y con tasas reducidas de crecimiento económico, pueden conseguir avance espectacular en el bienestar de sus habitantes, comparable al que disfrutan los ciudadanos de los países industrializados.
Veamos un ejemplo concreto: El caso de Guatemala y Sri Lanka:
El siguiente cuadro (cuadro 1) muestra el PIB per cápita y la distribución de la renta de dos países, Guatemala y Sri Lanka, en 2013. Ambos países presentaban una renta per cápita prácticamente equivalente, si bien la distribución de la renta es mucho más desigual en Guatemala: el 20% más pobre de la población en 2013 tenía acceso a una proporción de la renta nacional inferior a la que disfrutaba ese mismo segmento de la población en Sri Lanka. Algo semejante sucede si comparamos el segmento de población más rico (de nuevo el 20%), entre los dos países, con una participación significativamente superior de ese segmento en la renta de Guatemala.
| Cuadro 1: Indicadores de renta de Guatemala y Sri Lanka
| | PIB per cápita | Participación en la renta del 20% más pobre | Participación en la renta del 20% más rico | Sri Lanka | 4.595 $ | 7.0 % | 48.0 %
| Guatemala | 4568 $ | 2.9 % | 59.5 %
Esto indica que en Guatemala, la riqueza está concentrada entre los segmentos más ricos de la población, existiendo por lo tanto una amplia brecha entre ricos y pobres.
Consideremos ahora algunos indicadores de desarrollo humano, recogidos en el cuadro 2, que corresponden a dos de sus dimensiones más importantes: la salud y la educación.
En relación con la salud se muestran los indicadores de la esperanza de vida, la tasa de mortalidad infantil antes de haber cumplido un año por cada mil habitantes y el porcentaje de personas desnutridas, mientras que para tener una idea del nivel de la educación se utiliza la tasa de alfabetización de la población adulta.
Puede comprobarse que, salvo por lo que se refiere al porcentaje de personas malnutridas, la situación de ambos países es muy diferente en los aspectos considerados. La esperanza de vida es casi dos años menor en Guatemala, lo que en parte es consecuencia de una tasa de mortalidad infantil que es casi tres veces superior a la media de la de Sri Lanka. Finalmente, la tasa de alfabetización de adultos es de casi un 91% en Sri Lanka, frente a un 69% en Guatemala, lo cual pone de manifiesto un importante retraso de este último país en términos relativos.
| Cuadro 2: Indicadores de desarrollo humano de Sri Lanka y Guatemala | | Esperanza de vida (años) | Tasa de mortalidad infantil (por mil habitantes) | Personas desnutridas (% de la población) | Tasa de fecundidad (nacidos por mujer) | Tasa de alfabetización de adultos (%)
| Sri Lanka | 71.6 | 12 | 22 | 2.0 | 90.70
| Guatemala | 69.7 | 32 | 22 | 4.6 | 69.10
Si se comparan los dos cuadros, la primera conclusión es que la desigual distribución de la renta en Guatemala es responsable, al menos en parte, de las diferencias en estos indicadores de desarrollo humano. De estos ejemplos puede concluirse que, con más o menos margen de maniobra respecto de las limitaciones impuestas por el nivel de renta y su distribución, las políticas del gobierno relacionadas con salud, pobreza y educación, así como la demanda pública de ese tipo de políticas, juegan un papel destacado en la consecución de los objetivos de desarrollo humano. La acción estatal es esencial para la consecución del desarrollo humano.
Ésta es la explicación al fenómeno por el cual países relativamente prósperos desde el punto de vista económico tienen a veces un nivel insuficiente en los indicadores básicos de desarrollo humano. Una razón adicional importante para considerar una gama más amplia de dimensiones del desarrollo, y por tanto una mayor variedad de políticas, es que los diferentes aspectos del desarrollo (o de la pobreza), se interrelacionan y refuerzan mutuamente entre sí de forma considerable. Como consecuencia, las políticas aplicadas se acumulan simplemente unas sobre otras: si mejora la salud, no solo mejora el bienestar sino que aumenta la capacidad de generar renta; si mejora la educación, se obtienen normalmente mejores resultados en el área de la salud y también un aumento de los ingresos.
Así pues, podemos afirmar que el desarrollo humano es un concepto multidimensional y complejo, cuya medición plantea retos interesantes. Esta tarea ha sido asumida por el PNUD y más recientemente por el Banco Mundial.
Perfil del empleado en las fundaciones:
Sabemos de la cada vez mayor importancia de aunar esfuerzos por parte de las entidades sin ánimo de lucro, de modo que trabajando juntas se puedan lograr metas más complejas, potenciar la presencia de estas entidades, aumentar sus capacidades, incrementar los recursos económicos y humanos, e intercambiar experiencias. Esto está llevando a muchas organizaciones a asociarse en redes, coordinadoras, plataformas, etc.
La mayoría de estas organizaciones, el 55% están integradas en federaciones, plataformas, redes o coordinadoras. Son las menos el 5% las que han establecido alianzas internacionales. Otro aspecto importante que nos ayudará a conocer mejor a estas organizaciones, es el referente a la remuneración de los miembros de los órganos de gobierno de estas entidades. Los miembros de los órganos de gobierno de las entidades no lucrativas pueden percibir una retribución por el cargo que desempeñan, o por los servicios que ofrecen a la organización. Más adelante veremos las diferencias que existen en este sentido entre fundaciones y asociaciones.
El 85% no cobran ninguna remuneración, el 14% son personal asalariado prestando un servicio y el 1% cobra por el cargo desempeñado aunque no por los servicios prestados a la organización. Observamos como la enorme mayoría no percibe ningún tipo de honorarios económicos, lo que convierte a estas organizaciones en entidades dirigidas mayoritariamente por personas voluntarias, lo que refleja que normalmente las personas que ocupan un puesto directivo en una organización no lucrativa compagina esta actividad con otra actividad remunerada civil o productiva propia o empresarial. Para las entidades no lucrativas, los recursos humanos tienen una importancia clave, debido entre otros factores, a que el crecimiento constante de su actividad genera unas necesidades crecientes de personas frente a una capacidad limitada de contratación.
No obstante, el 75,5% de las entidades del sector disponen de personas remuneradas para la realización de sus actividades; es decir, que un 24,5% cuentan únicamente con la colaboración de personas voluntarias. En este sentido queremos dar una visión de la importancia del personal asalariado en estas organizaciones, y lo queremos comparar con el sector empresarial.
El 35 % de estas organizaciones (con personal asalariado), cuentan con entre 6 y 20 personas, otro 35% cuentan con menos de seis asalariados, un 18% tienen entre 20 y 50 asalariados, y sólo un 14 % cuentan con más de 50 personas. Como resulta lógico, el número medio de personas por entidad es mayor a medida que contemplamos estratos de ingresos más elevados. De hecho, se detecta cómo el 55,9% de las entidades con volumen presupuestario superior a 1.000 millones de pesos colombianos, tiene a 50 o más personas trabajando de modo remunerado.
También es de destacar que las fundaciones cuentan con plantillas de asalariados más grandes que la mayoría de las asociaciones. Queremos destacar que el perfil medio de los trabajadores de las entidades no lucrativas se establece a partir de las siguientes características: son predominantemente mujeres o varones jóvenes, tienen educación superior, colaboran con la entidad desde hace más de dos años, trabajan a tiempo completo y tienen un contrato fijo/indefinido, aunque buena parte trabaja también a tiempo parcial y con algún contrato temporal. En contraposición con la participación de las mujeres en los órganos de Gobierno, estas organizaciones son un sector laboral muy feminizado (74 % de mujeres frente al 26 % de varones), sobre todo al compararlo con el conjunto de la población ocupada en cada país, donde la población masculina empleada son mayoría. Debemos ensenar a los varones que también están llamados a servir y a ofrecer en forma gratuita su tiempo, talento y habilidad para ayudar a los otros y otras personas de la población a crecer y buscar la plena felicidad hasta hacerla colectiva y de paso los mortales terrícolas humanos aprenden a salir de la caverna y dejan atrás egoísmos o envidias propias de la gente sin solidaridad.
Destacamos un dato que nos parece importante. Hemos dicho que el perfil mayoritario entre los empleados de estas organizaciones tiene estudios superiores (un 67 %), y este dato contrasta frente al 24 % de universitarios asalariados en el sector empresarial español. También es de destacar que aunque la mayoría de los empleados de estas organizaciones lo está a jornada completa, las personas asalariadas a tiempo parciales en el tercer sector son sensiblemente superiores al del sector empresarial (un 46 % frente a un 12 %).
Estos datos de empleo, que hemos visto en el gráfico anterior, son muy similares a los que podremos observar en el sector empresarial en nuestro país, si bien en este sector las empresas que cuentan con uno o dos empleados alcanzan el 60%, al ser autónomos o pymes. No olvidemos que el tejido empresarial en un 87 % está compuesto por empresas de menos de 10 empleados.
¿Que aportan los empleados de estas organizaciones?
El elemento más valioso es el tiempo. Hay voluntarios que por sus condiciones laborales disponen de mucho tiempo, sobre todo muchos estudiantes o personas jubiladas. Otros no disponen de tanto y se limitan a ofrecer sus colaboraciones unas horas a la semana o incluso al mes. Ese tiempo es importante y son las organizaciones las que deben saber gestionarlo. Siempre hay actividades que llevar a cabo, unas prioritarias, otras menos urgentes. Es necesario organizar las actividades en función de la disponibilidad de tiempo de los voluntarios. Pretender realizar una actividad un día a unas horas en las que no podamos contar con ningún voluntario es absurdo. Lo lógico es conocer, de antemano, la disponibilidad del voluntariado y organizar esas actividades cuando tengamos recursos humanos para ello.
No siempre esto es posible, pues hay determinados actos que se deben realizar en horarios o días muy concretos, y es ahí donde resulta más difícil llevarlos a cabo. Una buena gestión de ese tiempo se traduce en una satisfacción y una motivación para el voluntario. No hay nada más desmotivado para un voluntario que no sentirse útil y tener la sensación de estar perdiendo su tiempo. A nadie nos sobra el tiempo, y nadie se involucra en una ENL para dejar pasar el tiempo y aburrirse. Del mismo modo el tiempo requiere un compromiso por parte de la persona voluntaria. Si se cuenta con una persona para llevar a cabo una actividad y ésta no aparece la actividad probablemente no podrá realizarse, o deberá retrasarse, con el consiguiendo retraso de otras actividades.
Otro elemento importante que los voluntarios aportan a estas organizaciones es el entusiasmo. El voluntario quiere sentirse útil, quiere ocupar su tiempo, quiere hacer y conocer cosas nuevas, quiere ayudar a los demás, y lo hacen de una manera altruista. Ello implica una gran dosis de entusiasmo. No siempre mantenemos el mismo nivel de ánimo. Unas veces las cosas nos están saliendo bien y la moral nuestra y de nuestro equipo es alta. Otras veces el ánimo está más decaído. En el mundo de estas organizaciones hay muchos y frecuentes motivos para perder el ánimo: una subvención denegada, dificultades para captar fondos propios, requisitos para acceder a subvenciones que no se cumplen, objetivos no siempre logrados…
Por todo ello es muy importante contar con el apoyo de voluntarios que contagien el entusiasmo a otros compañeros o compañeras, para hacer frente a las dificultades del día a día. Pensamos a veces que esa vitalidad y ese entusiasmo lo aportan las personas más jóvenes. Pero la experiencia nos lleva a pensar que no siempre es así. Hay personas de bastante más edad que se convierten rápidamente en los verdaderos líderes de un grupo de voluntarios por su carisma o su empuje. Es pues, importantísimo para cualquier organización nutrirse de esas personas entusiastas, y saberlas aprovechar poniéndolas al mando de un grupo de trabajo.
Es siempre conveniente tener en un mismo grupo personas con distintas capacidades para el trabajo y con distintos grados de motivación. Siempre habrá unos que arrastren o contagien a los demás. Al igual que el tiempo, el entusiasmo debe ser bien gestionado por las organizaciones. Resulta muy fácil desmotivar a una persona y desequilibrar esos estados anímicos. No podemos olvidarnos de las ideas. Son éstas otro elemento fundamental en los aportes del voluntariado. A veces las cosas se ven de forma diferente cuando se miran con otros ojos, desde otra óptica, probablemente desde la óptica de una persona más experimentada. A veces todo lo contrario, personas ajenas a un tema, o poco familiarizadas con él nos pueden aportar brillantes ideas que para nosotros resultan totalmente novedosas y válidas.
Debemos de dar entrada a todas esas nuevas ideas. No hay idea mala o ridícula. Cualquier aportación es buena, aunque sea para demostrar que ese no es el camino a seguir. El voluntario al proceder de fuera de la organización no lucrativa nos ofrece una visión crítica y un punto de vista externo de incalculable valor para nosotros. Que el voluntario tenga libertad, para exponer sus ideas, para ser escuchado es básico para la motivación del voluntariado, a la vez que pueden dar nuevos enfoques a tener muy en cuenta. En ocasiones las ideas nos llegan de personas con cierta experiencia, por su actividad profesional o por haber colaborado en otras entidades. En estos casos esas ideas resultan muy útiles y alentadoras.
No debe pues, una organización sin ánimo de lucro darle la espalda al voluntariado, y es importante hacerles participar en actividades tan delicadas como llevar a cabo planes estratégicos o incluso planificación de proyectos. Por otra parte, hemos de considerar otro elemento fundamental en la aportación que los voluntarios ofrecen a estas organizaciones. Son los contactos. Cualquier persona que llega a una organización tiene unas amistades, unos conocidos o unos familiares. Vivimos en un mundo gregario y todos estamos interconectados. A menudo lograremos hacer contactos muy valiosos para nuestra organización y para los proyectos que llevamos a cabo, a través de nuestro voluntariado.
Conocer a otra persona que nos pueda poner en contacto con una empresa donante, con personas que disponen de determinada información, o que conocen a otras personas influyentes son puertas que se nos pueden abrir corriendo la voz entre nuestros voluntarios. Una organización sin voluntarios es una entidad sin contactos, y sin éstos, el camino para lograr nuestros objetivos se convierte en más largo y penoso. No siempre se trata de tener contactos adinerados o influyentes, a veces hay personas que disponen de información sobre alguien que puede hacer una donación, informarnos sobre alguna subvención, o ayudarnos a organizar un evento.
Cualquier contacto resulta muy valioso, y si hoy no nos resulta tan útil, tal vez mañana sí. Finalmente podemos destacar otros factores, igualmente importantes para las organizaciones: la experiencia de nuestros voluntarios. Las personas que tienen conocimientos sobre determinadas actividades nos pueden ayudar mucho y podemos aprender mucho de ellas. Apoyarnos en las personas que ya han recorrido ese camino es fundamental para saber por dónde nos conviene más caminar, resultando ser más eficaces en el logro de nuestras metas y evitando desalentadores fracasos.
Dentro de una organización sin ánimo de lucro hay un sinfín de tareas a realizar, desde las administrativas, hasta las relaciones públicas, planificación de proyectos, asesoramiento técnico, justificación de subvenciones, etc. Deberemos valorar pues, la experiencia de una persona con conocimientos en contabilidad, fiscalidad e informática, pero también en el área de recursos humanos, relaciones públicas, marketing y comunicación, sociología, y un largo etcétera, dependiendo de la orientación de la organización. A veces contamos con voluntarios que carecen de una experiencia profesional pero sí cuentan con grandes habilidades. Es este otro elemento importante.
No todos podemos ser contables o graduados sociales. Algunos de nuestros voluntarios tienen habilidades innatas o que han ido desarrollando con el tiempo, que nos pueden resultar muy útiles. Un buen comunicador o un buen relacionista público, nos serán de gran importancia en actividades de sensibilización o captación de socios o de fondos; una persona meticulosa y organizada es importante en tareas relacionados con gestionar bases de datos, realizar un lista de correos electrónicos con sus propietarios, o llevar archivos; y una persona con iniciativa y con carisma puede liderar grupos de trabajo, por ejemplo. Pero integrarse en una organización requiere compromiso por parte del voluntariado.
El ser voluntario no significa acudir a la sede de estas organizaciones cuando nos apetece y dejar actividades sin hacer simplemente porque no nos apetece hacerlas. Es necesario comprometerse con determinadas actividades, con unos horarios establecidos. Por supuesto el voluntario se pone a disposición de la entidad y debe ser éste el que ofrezca su tiempo según sus posibilidades. El grado de compromiso lo establece el voluntario de un modo progresivo. Es preferible, en principio dedicar pocos días al mes, o pocas horas a la semana, para que el voluntario se vaya adaptando a la organización, y para que vaya descubriendo las metas que ésta persigue y las actividades que lleva a cabo.
Si logramos despertar el interés en el voluntario, probablemente, trate de prestar más tiempo, posiblemente dejando de lado otras aficiones para ocuparse por más tiempo en las actividades de la organización.
Al compromiso va ligado la responsabilidad:
Responsabilidad significa cumplir con ese compromiso dedicando un tiempo a la organización y ocupándose de unas tareas. Pero también significa poner interés en lo que se hace, tratando de disfrutar con las actividades en las que se participa, pero con la seriedad que ello requiere. Organizar un evento en la calle puede resultar muy divertido, pues se trabaja al aire libre, el ambiente es distendido, y se hacen amistades. Pero ello no significa que la actividad a realizar sea un pasatiempo o una simple diversión. Tras ese evento habrá un objetivo que podrá ser el recoger firmas en un acto reivindicativo, captar fondos para un proyecto de cooperación, o informar o sensibilizar a la gente sobre determinados asuntos relacionados con nuestra entidad.
Ser responsable y consecuente con nuestro trabajo es importante, y un pilar fundamental para cualquiera que aspire a convertirse en voluntario.
Cuando hay voluntad, combinando el talento y la habilidad con la acción, todas las cosas materiales son posibles si cada integrante de la organización tiene confianza en si mismo y en los otros compañeros o compañeras dentro de la institución que hemos denominado Fundación Leonardo Marín-Saavedra, por el querer y voluntad inicialmente desde la ciudad de San Francisco, California, Estados unidos, de un grupo de ciudadanos inmigrantes de Perú, México, El Salvador y Nicaragua, de plasmar para la posteridad una organización que plasme el nombre de una persona (también inmigrante), que lucho desde niño en la construcción de una sociedad solidaria con el otro, más justa y humana, sobre todo en la acción social, aplicando amor y servicio, con el único interés que el otro o la otra, encuentre las posibilidades sociales para lograr la plena felicidad con bienestar y equilibrio social durante cada día en la vida durante el paso por el planeta tierra en donde habitamos todos los seres humanos creyentes, ateos, agnósticos y/o diferentes.
Hermano Gabriel Ignacio Espinosa-Perdomo (Presidente).
Email: [email protected] - Teléfono: +57.310.889.5028.
Hermano Guillermo Hernandez-Quintero (Vice-Presidente)
email: [email protected] - Telefono: +57.313.485.6547.
Bogota, Cundinamarca, Republica de Colombia, Noviembre 1, Año 2022.
Equipo
Fundación Leonardo Marin-Saavedra: Somos una organización sin fines de lucro que desde la República de Colombia (Sudamérica), ayudamos a solucionar problemas económicos y financieros a niños y jóvenes vulnerables a través de sus padres biológicos, en la población nacional colombiana y de sectores marginados. Nuestro apoyo con becas, recursos didácticos, materiales pedagógicos e ilustrativos, para lograr ciudadanos en armonía con el equilibrio social, con el medio ambiente de nuestro planeta tierra, respetando la ley civil y cumpliendo plenamente con las leyes nacionales e internacionales en materia de educación y Derechos Humanos del Niño y del Joven.
Honorable Gabriel Ignacio Espinosa-Perdomo (Presidente).
Email: [email protected] - Teléfono: +57.310.889.5028.
Honorable Guillermo Hernandez-Quintero (Vocal Principal)
email: [email protected] - Telefono: +57.313.485.6547.
Comunicate si deseas conocer al pensador Leonardo Marin-Saavedra que aun vive...
Email: [email protected] - Telegram: +1.323.412.9337.
Twitter: @BishopLeonardo